¿Qué sabemos de los buenos hábitos?

¿Podemos diferenciar fácilmente que son los buenos hábitos de los que no lo son? Aprende todo sobre los hábitos de vida saludables, cómo incorporarlos en nuestra vida y sus beneficios.

¿Qué sabemos de los buenos hábitos?

Los hábitos son actividades que realizamos a diario de manera automática como lavarnos los dientes, apagar las luces al salir de casa o tomar un vaso de agua en ayunas. No tenemos que pensar mucho para hacerlos porque ya los tenemos incorporados en nuestra rutina. 
Ahora bien, cómo diferenciamos aquellos hábitos que son saludables de los que no lo son.
Los hábitos saludables son aquellos que nos aportan beneficios a nuestro cuerpo, mente, alma y entorno social. 
Entre los hábitos saludables encontramos: cepillarnos los dientes, dormir mínimo 7 horas, tomarnos unos minutos para agradecer, tomar agua, comer frutas y verduras, sonreír, realizar actividad física, meditar, ser empático, leer, compartir con familia y amigos.
Los hábitos poco saludables son aquellos que perjudican a nuestro cuerpo, mente, alma y entorno social. Entre los hábitos poco saludables encontramos: comer alimentos procesados, dormir pocas horas, pasar muchas tiempo en el teléfono, mantener pensamientos negativos, no realizar actividad física, postergar tareas.
Si bien vemos que es fácil diferenciar unos de otros, lo cierto es que ambos se realizan de manera automática y por repetición constante. Por eso, es importante que podamos detectar cuales hábitos de nuestra vida no nos benefician ya sea física, mental o emocionalmente.

habito saludable

¿Cómo funcionan los hábitos en tu cerebro?

Al repetir varias veces una acción, se crea un camino en las neuronas, lo que hace que sea más fácil para tu cerebro realizar ciertas tareas que ya han sido repetidas en el pasado que realizar una nueva. 
Esto explica porqué nos resulta más fácil caer en viejos hábitos por más que queramos cambiarlos o sustituirlos por uno nuevo.
La ventaja que tienen los hábitos es que se realizan de manera automática y sin pensar. La desventaja es que algunos de estos hábitos seguramente no son saludables para nuestra vida y los seguimos haciendo perjudicando nuestro bienestar.


¿Cómo se forman los hábitos?

Los hábitos se forman a través de la repetición constante de actividades o comportamientos que se vuelven automáticos. 
Cuando un acto se vuelve rutinario en nuestra vida, es muy probable que lo grabemos en nuestro cerebro como un nuevo hábito. De a poco y sin darnos cuenta lo que hacíamos esporádicamente se vuelve cada vez más frecuente hasta transformarlo en un hábito.
Para crear un nuevo hábito primero se necesita de voluntad, durante la etapa de aprendizaje precisamos un recordatorio y una recompensa, y por último la repetición hasta convertir la acción en un hábito.
Por esta razón, es que muchas veces seguimos hábitos no saludables que pueden perjudicar nuestro bienestar físico y espiritual, ya que son automáticos y no requieren de tanto esfuerzo. Debemos tener constancia y tiempo para formar un nuevo hábito saludable.


¿Para qué formamos nuevos hábitos?

Los hábitos son creados para que nuestro cerebro sea más eficiente. Cuando logramos transformar una acción en un hábito, el cerebro ya no participa de forma activa en la ejecución de la misma.  La acción pasa a ser inconsciente y así logra ser más eficiente. Esto es beneficioso cuando la mayoría de los hábitos son saludables, pero puede ser perjudicial si no lo son.
Al tener un cerebro eficiente podemos lograr realizar varias acciones y funciones vitales de forma automática, esto nos libera espacio mental para pensar en otras cosas más importantes.


¿Cómo eliminar los hábitos no saludables?

Aunque no es posible eliminar hábitos que ya tenemos incorporados en nuestra rutina, si podemos incorporar nuevos. 
Entonces, lo que podemos hacer es reemplazar un hábito no saludable por un buen hábito. La clave está en ir reemplazando de a un hábito por vez, cuando ya hemos incorporado ese nuevo hábito por completo, recién ahí iremos incorporando otro nuevo y así sucesivamente.
La importancia de empezar con un hábito a la vez es que te ayuda a ser constante ya que deberás enfocarte en una cosa y crearás una nueva conexión neuronal en tu cerebro, lo que hace que incorporarlo sea cada vez más simple. Además, notarás los beneficios de adoptar este nuevo hábito desde el proceso de incorporación, lo cual te motivará a continuar e incluso disminuir los malos hábitos.
Ahora que tenemos más claro lo que son los hábitos y cómo se diferencian, podemos caer en la cuenta de que muchas veces intentamos cambiar hábitos que no eran saludables por otros que sí lo eran. Y puede que, muchas veces no lo hayamos conseguido, grabando en nuestro inconsciente el mensaje de “no puedo”. 
¿Y si lo intentamos una vez más, siendo más fuertes que antes?. 


¿Por qué hábito debería comenzar?

No existe una respuesta incorrecta, todo hábito saludable puede ser el adecuado para comenzar. Algunos pueden ser más importantes que otros pero eso dependerá de ti y de lo que quieras transformar en tu rutina diaria.

Vida saludable

Hábitos de vida cotidiana

Para crear nuevos buenos hábitos es necesario contar con compromiso, voluntad y persistencia, además de la repetición. Como dijimos anteriormente, los hábitos no pueden borrarse de nuestra mente, lo que podemos hacer es cambiar uno de nuestros malos hábitos y transformarlo en un buen hábito. Por ejemplo, si estamos acostumbrados a almorzar todos los días con una bebida azucarada, reemplazarla por agua. Y así iremos transformando esas acciones que afectan nuestro bienestar por aquellas que contribuyen a mejorar nuestra calidad de vida.
A continuación les dejo diez buenos hábitos que intento incorporar día a día en mi rutina y que les puede servir como guía para empezar a trazar sus propios buenos hábitos:
1- Meditar 10 minutos al despertar
2- Beber agua
3- No comer alimentos procesados
4- Agradecer 
5- Realizar yoga
6- Dedicar menos horas al teléfono
7- Leer un libro
8- Aprender algo nuevo
9- Priorizar tareas organizando los días
10- No acostarme enojada con nadie
Ser capaces de llevar a cabo estos hábitos sin duda mejoraría nuestra calidad de vida.
¿Qué esperamos para comenzar?

¿Qué debo cambiar para tener una vida saludable?

Para alcanzar el bienestar debemos incorporar hábitos saludables, y lo podemos hacer sin que afecten nuestra rutina. Para que estos nuevos buenos hábitos formen parte de nuestra vida cotidiana es necesario conocer los pilares para tener una vida equilibrada: descanso, alimentación y ejercicio.


Descanso

El sueño es un proceso complejo y fundamental para mantener nuestro bienestar. Mientras dormimos el cuerpo y el cerebro se recuperan de la actividad y el estrés del día.
Entre los beneficios de dormir bien se encuentran:

  • Mejora nuestro desempeño
  • Nos sentimos más optimistas y con mejor estado de ánimo
  • Mejora el aprendizaje
  • Aumenta la memoria

Para lograr un sueño profundo y reparador te aconsejamos:

  • Ir a la cama a la misma hora
  • No realizar cenas pesadas
  • No tomar cafeína o sustancias estimulantes antes de ir a dormir.
  • Hacer ejercicio
  • Dormir sin luces o sonidos que impidan conciliar el sueño
  • Dormir con ropa cómoda
  • Si tienes dificultades para dormir puedes optar por música relajante, tomar un baño caliente antes de dormir, realizar ejercicios de yoga relajantes o meditar.

Meditación


Alimentación saludable

Es importante seguir una dieta completa y equilibrada para mantener nuestro cuerpo sano y con la energía necesaria para afrontar el día. La alimentación saludable consiste en consumir todos los nutrientes necesarios para cubrir nuestras necesidades nutricionales. Estos nutrientes son: proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales y agua.

Consejos para una alimentación saludable

  • Come sin apuro.
  • No saltees comida o pases mucho tiempo con hambre.
  • Respeta los momentos para comer.
  • Planifica una alimentación balanceada, es decir que contenga cereales, verduras, frutas, lácteos, carne, huevos, grasas y azúcares.
  • Si tienes alguna duda, acude a un nutricionista para recibir asesoramiento especializado.
  • Bebe abundante agua (imprescindible para que nuestro organismo desarrolle todas las funciones).

La alimentación saludable es un pilar fundamental para alcanzar el bienestar porque posee múltiples beneficios:

  • Protege tu sistema inmunitario
  • Previene problemas oculares y mantiene tus ojos sanos
  • Mantiene tu piel sana
  • Mantiene tu dientes resistentes
  • Te mantiene fuerte
  • Mejora el rendimiento del cerebro
  • Fortalece los huesos
  • Ayuda a mejorar el sistema digestivo
  • Reduce el estrés
  • Ayuda a mantener un mejor estado de ánimo
  • Mantiene a tu corazón sano
  • Ayuda a regular el sueño
  • Aumenta la longevidad

¿Cómo cambiar la forma de comer?
Para mejorar los hábitos alimenticios de manera permanente se necesita tres acciones: reflexionar, sustituir y reforzar. 
Primero que nada, debemos llevar un registro de los alimentos que consumimos, aquellos que son saludables y aquellos que no lo son y la hora en que lo hacemos. Analizar esos alimentos que no son saludables e identificar cómo nos sentimos en el momento que vamos a consumirlo o cuál es el desencadenante. Por ejemplo, antes o después de una situación de estrés, llegar tarde a casa y no saber qué comer, sentirse aburrido o triste y pensar que comer algo mejorará su ánimo, etc. 
Una vez que identificamos los desencadenantes, debemos considerar qué acciones podemos realizar o cambiar para evitarlos. Por ejemplo, evitar comprar dulces o refrigerios azucarados para no tentarnos en casa, tener comida preparada lista para calentar, optar por tomar una caminata cuando te sientas triste o aburrido. Algunas veces nos van a resultar más fácil que otras hacer estos pequeños cambios, pero no te juzgues ni te sobreexijas, realiza un cambio por vez y festeja esos pequeños logros.   
Por último, ir reforzando esos nuevos buenos hábitos y tener paciencia con uno mismo ya que, como hemos mencionado anteriormente, los hábitos se construyen con el tiempo y  constancia. Estar alerta para que cuando estemos realizando algún hábito no saludable podamos detenernos a pensar si realmente es lo que queremos hacer e intentar transformarlo en un buen hábito. Todos podemos lograr este cambio beneficioso para nuestra salud. 

Si quieres conocer más sobre alimentación y sus beneficios te invitamos a leer nuestro artículo.

Ejercicio físico

Realizar actividad física no es sólo excelente para nuestro cuerpo, sinó también para nuestra mente. Al realizar ejercicio mejoramos y mantenemos nuestra aptitud física, la salud y el bienestar.
La clave del éxito para  comenzar a realizar ejercicio y convertirlo en una rutina sin fallar, es comenzar lentamente a partir de tu nivel actual y progresar a un ritmo constante. Lo ideal es realizar 2 horas de ejercicio a la semana, es decir 30 a 40 minutos de ejercicio 3 o 4 veces por semana.
Para construir un hábito te recomendamos:

  • Elige una actividad que te guste realizar (caminar, correr, ir al gimnasio, etc).
  • Comienza de a poco y añade más tiempo semana tras semana.
  • Entretente mientras realizas ejercicio (escucha música, mira televisión, etc).

El ejercicio regular puede ayudar a:

  • Controlar el peso.
  • Combatir afecciones y enfermedades (accidente cerebrovascular, depresión, diabetes, artritis, ansiedad, presión arterial alta, etc).
  • Mejorar el estado de ánimo (durante el ejercicio, el cuerpo libera sustancias químicas que provocan que te sientas más feliz, más relajado y menos ansioso).
  • Aumentar la energía.
  • Promueve un mejor sueño (el ejercicio ayuda a conciliar el sueño más rápido y a dormir mejor).
  • Reducir el riesgo de caídas (mejora el equilibrio y fortalece los músculos).

Reducir el sedentarismo

Muchos trabajos y actividades demandan que estemos sentados y en la misma posición durante muchas horas, provocando problemas físicos y de salud. Para compensar esto y mejorar nuestro bienestar, es necesario incorporar en nuestro día a día actividades que nos ayuden a mejorar nuestra postura, aumentar la flexibilidad y movernos. 
Si tu trabajo es sedentario, te proponemos caminar, correr, andar en bici, ir al gimnasio o realizar la actividad que más te guste, al menos 2 horas por semana. Además, puedes realizar yoga para flexibilizar y fortalecer los músculos, corregir tu postura, mejorar la circulación y aumentar la concentración.

Clases de yoga

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